Todo empezó con un café en el Bar Bosch. El novelista hablaría de una fría mañana de enero aunque nosotros no recordamos la temperatura. Era el reencuentro de dos viejos conocidos, vidas paralelas que el destino cruzó: madurescentes en busca de nuevos horizontes.
Pedagogos. Blanco y en botella, es decir, formación. Lo hablamos y vimos que no, que el reto es el aprendizaje. Peregrinamos por bares, compartimos herramientas de trabajo en red, cursos y eventos, nos moldeándonos en el yin y el yan.
Desaprendimos, desaprendemos; aprendimos y aprendemos, moldeando, esculpiendo un proyecto común suma de partes que seguirán siendo singulares pero que saben que el nosotros es mucho más que el yo. Empresa horizontal, escalable y basada en sinergias.
Consideramos que la formación no es una mercancía, un paquete que colocar y adiós muy buenas. Hemos visto con estupor algunas prácticas que, ingenuos, nos han sorprendido. Simplemente pensamos que formarse no es estar un número de horas haciendo algo. Formarse es aprender.
Conseguimos hace unos meses el tradicional garaje de todo equipo emprendedor que se precie. Eso aceleró nuestras sinergias, la construcción de nuestro proyecto. Llegó septiembre y aquí estamos… ¿En qué te podemos ayudar?
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